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| Carmen Solís, caracterizada como Alzira (no olvidemos que es un personaje del imperio Inca). Foto de las redes sociales de Carmen Solís. |
Tras un período de 16 años, la ABAO ha concluido con su gran reto TODO VERDI, un ambicioso proyecto en el que se han representado todas las óperas compuestas por el gran compositor y que acaba de terminar en estos días con la ópera Alzira, aspectos negativos y positivos.
Entre los primeros la desubicación histórica, algo que ya no debería llamarnos la atención por parte de los directores de escena. Hablamos de una ópera que se desarrolla en Perú en el período inca, y en esta producción uno de los personajes muere de un tiro de pistola cuando Verdi pensó en un cuchillo, muriendo incluso de pie en lugar de caerse, como es de lo más habitual. Los personajes van vestidos a la moda del Siglo XX , excepto en el coro final donde el vestuario cambia, desarrollándose toda la acción en un espacio rectangular iluminado de apenas dos metros de ancho. Son muchos los críticos que se han manifestado en el sentido de que tanto Verdi como el público merecen más respeto.
Pero junto a esas críticas escénicas, queremos resaltar lo positivo como el personaje de Alzira, interpretado por Carmen Solís, con palabras como éstas:
La soprano Carmen Solís hizo una Alzira de mucho mérito, con una voz lírica potente, cuajada en buena textura de colores y dejando su rotunda sorpresa en la compleja cavatina “Riposa. Tutte, in suo dolor vegliante …” seguida del poderoso recitativo “Figlia … Padre!”, para terminar con un precioso duetto con Gusmano “Il pianto … l’ambascia …di lena mi priva”, en el que la inca estuvo por encima de barítono conquistador. (Bechmesser)
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