Al comienzo de la temporada se anunció para el sábado 30 de Abril: Gala Lírica 25 Aniversario, y en el ambiente flotaba que se iba a intentar reeditar aquella otra realmente única e irrepetible de hace 25 años, con las limitaciones que el paso de los años impone.
Fueron pasando los meses, y nada trascendía sobre detalles de la Gala, hasta que finalmente apareció con un cambio sustancial de nombre, pasando a llamarse: Gala Lírica - Concierto, lo que ya nos marcaba el desvío original. Además, los nombres de los cantantes, con ser importantes, no podían servir de comparación bajo ningún aspecto con lo que se había intentado reeditar. Evidentemente, !No son buenos tiempos para la Lírica!.
Para arrancar y poner en situación, nada menos que el impresionante Coro de Invitados de la ópera Tanhaüsser.
María José Montiel, quien tanto por su voz como interpretación y presencia escénica nos demostró por qué Carmen es uno de sus roles preferidos, con especial mención a la sensual Habanera.
Tras ella, Mariola Cantarero nos ofreció un excesivamente delicado pasaje de La viuda alegre, dejándonos con la sensación de que podía haber elegido otra interpretación de su amplio repertorio.
Tras ellas, y tras otro nuevo lucimiento del coro con el Coro de Gitanos de Il Trovatore, Juan Pons, como ya nos demostrara hace unos meses, y a pesar de estar retirado, nos hizo pensar que "Los viejos rockeros nunca mueren", con un Te-Deum de Tosca, que junto con la Orquesta y Coros, arrancó los primeros vítores y bravos de la velada.
Pero nos esperaba lo mejor del programa, y ya sin voces salvo una pequeña intervención del Coro, con un Haffter realmente colosal al frente de la que hasta hace poco era su orquesta, y que en esta temporada no está teniendo especiales oportunidades de lucimiento, basicamente por su programación, pensando que no por otras cuestiones.
La selección a modo de Suite Sinfónico Coral transcrita por el propio Halffter de El ocaso de los dioses, hizo que la orquesta se aplicara en profundidad para traernos esta colosal obra wagneriana, con un sonido amplio y redondo y con un colorido y brillantez realmente espectaculares, que nos rememoró los mejores momentos en la historia de la ROSS, como algunos que ilustraba el magnífico programa de mano.
Esta transcripción nos hizo seguir El Amanecer y viaje de Sigfrido por el Rin, la Marcha fúnebre o la gran Escena final como algunos de los fragmentos más señalados.
Pero con ser ya espectacular, todavía nos quedaban dos sorpresas que contaba con el Coro de la AA. del Maestranza como especial aliado.
El coro de los esclavos de Nabbuco, que los asistentes de La Décima sentimos como especialmente dedicado a nosotros, antes de terminar finalmente de nuevo con Wagner, verdadero compositor inspirador de este excepcional Concierto, para terminar como se comenzó, con Tannhauser y su impresionante Coro de Peregrinos.
Es posible que anoche, incluso algunos que le criticaban, echaran de menos a Halffter al frente de nuestra ROSS.
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