NO ME FASTIDIÉIS. ABRAZADME
............ y le puso un sombrero de mil colores en la cabeza. Lee sacó uno de sus corazoncitos rojos y lo pegó en el babero de Leonard. Después, tras hacer una inspiración profunda, se inclinó para abrazarlo.
Súbitamente, Leonard empezó a emitir un chillido.
Otros pacientes empezaron a golpear cacharros. Lee se volvió hacia el personal de la sala, en busca de alguna explicación, y se encontró con que todos los presentes, médicos, enfermeras y auxiliares, estaban llorando.
–¿Qué es lo que pasa? –preguntó a la jefa de enfermeras. Lee jamás olvidará su respuesta:
–En veintitrés años, es la primera vez que hemos visto sonreír a Leonard.
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sábado, 11 de enero de 2014
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