Fue en el año 2002 cuando la West-Eastern Divan con Barenboim y Edward Said, y merced a un acuerdo con la Junta de Andalucia fijó su sede en nuestra ciudad, teniendo su domicilio social en el propio Patio de Banderas de nuestros Alcázares.
Se trata, por tanto, de una formación que hemos visto crecer y disfrutar de un concierto anual desde hace ya 17 años y que por tanto, los sevillanos nos sentimos parte de sus éxitos.
En esta ocasión, hemos decidido ofrecer una actuación en el Festival de Salzburgo de 2018 con la gran violinista Ilisa Batiashvili, de quien la crítica ha dicho
"Posiblemente nadie en todo el mundo pueda tocar el Concierto para violín y orquesta de Chaikovski como lo hace ella. En las interpretaciones de Batiashvili no hay espacio para ningún tipo de supuesta objetividad o de moderación emocional.
Transcurridos los compases iniciales a cargo de la orquesta, Chaikovski le otorga al solista una brevísima cadencia de apertura.
Desde ese preciso instante, Batiashvili embelesa y envuelve al público con un sonido poderoso, atractivo e intensamente musical. Después de eso y a lo largo de los cuarenta minutos restantes, Lisa interpretó esta partitura endemoniada con una seguridad categórica y con un convencimiento rotundo. Ella sabe exactamente qué quiere hacer y así es que, desde su arco brotan todas las intensidades imaginables y los fraseos más exquisitos. Con una solvencia cabal y una afinación invencible, Batiashvili ofreció una de las interpretaciones más perfectas, artísticas y profundas que este cronista haya escuchado a lo largo de su vida, en vivo o en registros discográficos. Definitivamente, consumaron el Chaikovsky más pasional y humano que se pueda concebir."
Transcurridos los compases iniciales a cargo de la orquesta, Chaikovski le otorga al solista una brevísima cadencia de apertura.
Desde ese preciso instante, Batiashvili embelesa y envuelve al público con un sonido poderoso, atractivo e intensamente musical. Después de eso y a lo largo de los cuarenta minutos restantes, Lisa interpretó esta partitura endemoniada con una seguridad categórica y con un convencimiento rotundo. Ella sabe exactamente qué quiere hacer y así es que, desde su arco brotan todas las intensidades imaginables y los fraseos más exquisitos. Con una solvencia cabal y una afinación invencible, Batiashvili ofreció una de las interpretaciones más perfectas, artísticas y profundas que este cronista haya escuchado a lo largo de su vida, en vivo o en registros discográficos. Definitivamente, consumaron el Chaikovsky más pasional y humano que se pueda concebir."
Despues de estas palabras, nadie debería dejar de ver y disfrutar del video que ofrecemos.
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