El 31 de enero de 1797 nace en Viene Franz Schubert, compositor austriaco, considerado el introductor del romanticismo musical y la forma breve característica pero, a la vez, también continuador de la sonata clásica siguiendo el modelo de Ludwig van Beethoven.
Fue un gran compositor de lieder (breves composiciones para voz y piano, antecesor de la canción moderna), así como de música para piano, de cámara y orquestal.
Cuando la sífilis comenzó a trastornar su vida fue, lógicamente, cuando apareció el lado más amargo y melancólico de Schubert. Así, no puede sorprendernos que, necesitado de comprensión escribiese en 1824 estas líneas estremecedoras a su amigo Leopold Kupelwieser:
Hace tiempo que quería escribirte, pero nunca sabía desde dónde, adónde. Ahora se me ofrece la oportunidad y por fin puedo abrir mi corazón a alguien. Tú eres bueno, y seguro qu eme vas a perdonar lo que otros se habrían tomado a mal. En una palabra, me siento el hombre más infeliz, más miserable del mundo. Imagínate un hombre cuya salud ya no mejorará nunca y que en su desesperación sólo empeora todo en lugar de mejorarlo, imagínate un hombre cuyas más brillantes esperanzas han quedado reducidas a nada, al que la felicidad del amor y la amistad no ofrecen otra cosa que sumo dolor, al que el entusiasmo (al menos estimulante) por la belleza amenaza con desaparecer, y pregúntate si no es éste un hombre miserablemente infeliz. Mi tranquilidad ha desaparecido, mi corazón está oprimido, no lo encuentro nunca; así ahora puedo cantar todos los días, pues todas las noches, cuando me voy a dormir confío en no despertar ya nunca, y cada mañana me anuncia sólo la misma pena del día anterior. De esta manera, sin alegría ni amigos, paso los días, a excepción de cuando me visitó Schwind y me trajo un rayo de aquellos dulces días pasados.
En 1824 escribiría La muerte y la doncella, uno de sus cuartetos más conocidos, y ya hacia el final de su vida el intenso dolor y el aislamiento dejaron su impronta en el Winterreise, D. 911, Op. 89 (1827), también con textos de W. Müller.
domingo, 31 de enero de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario