Y al ecuchar esta canción no tenemos más remedio que recordar la interpretación de nuestra querida amiga y soprano Berna Perles que en una actuación en el Teatro de la Maestranza, motivó el siguiente título en la crítica de nuestro profesor y maestro Andrés Moreno Mengibar
Y ALLÍ SE PARARON LOS PULSOS
Y allí se paró el tiempo y allí se posó sobre el teatro el pellizco de la emoción que recorre la piel y encoje la garganta. No hizo falta ser aficionado a la copla para conmoverse ante el desgarro contenido y el temblor emotivo con el que Berna Perles acometió la primera de las propinas. A la antigua, como la cantantes de hace un siglo, con dignidad y seriedad, sin aspavientos, pero con hondura, con los sonidos negros del faraón.
Y también se Pararon los Pulsos con Berna en el Castillo de Águilas.
Ofrecemos pidiendo disculpas por la deficiencia tanto de imagen que no se ajusta a la real de Berna, por la posición de la cámara como del sonido pero que nos sirve de referencia para que cualquiera que suba al Castillo, preste atención y pegue su oido a las piedas de la Batería de San Pedro pues allí sigue su gran Voz, entre sus recovecos y junto al piano de Rubén Fernandez.
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