Desde hace ya algún tiempo, y por cuestiones personales de sus editores, el Blog atraviesa momentos de silencio, que no de olvido de nuestro compromiso, con los lectores que nos siguen con una generosidad que agradecemos.
Y hoy, es buen día para reaparecer con el Segundo Domingo de Cuaresma, en que las lecturas evangélicas nos hablan de Jesús junto a Pedro, Juan y Santiago y subiendo a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Escúchame, Señor,
que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro».
Tu rostro buscaré, Señor.
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