El punto de inflexión de su carrera, se encuentra la Lucia di Lammermoor, que canta en febrero de 1959 en Londres en una producción de Franco Zeffirelli y bajo la batuta de Tullio Serafin.
El enorme éxito de la representación, la convierte en una diva de la noche a la mañana, siendo esa Lucia su papel más demandado en treinta años, cantándolo por última vez, en 1988 en Barcelona.
Sutherland es pieza fundamental en la carrera del joven Luciano Pavarotti (a quien dará la oportunidad de protagonizar muchas de sus grabaciones del período 65-75 como Lucia, La fille du régiment, Rigoletto, La Traviata y la Turandot donde grabó el tenor modenés su primer Nessun dorma) y de la mezzo Marilyn Horne con quien formará un dúo legendario en Norma y Semiramide entre otras.
En los ambientes líricos del momento se comentaba que la elección de Pavarotti, junto a su marido el director Richard Boninge, aparte de su indudable gran voz, era que necesitaba un tenor de suficiente envergadura como acompañante, ya que ella medía 1,77 metros, y Pavarotti 1,88 m algo a lo que no llegaban los grandes tenores de la época.
En este famoso cuarteto, ambos están acompañados por Isolda Jones y el magnífico Leo Nucci, el mejor Rigoletto de la Historia, lógicamente a nuestro criterio.
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