Fuimos algunos compañeros de La Décima, y bastantes alumnos de nuestra "Facultad", a quienes pudimos saludar antes del concierto, y que ayer nos dimos cita para volver a escuchar en su segundo Concierto de Temporada, en el que nuestro profesor, el maestro Alberto Álvarez Calero se ponía al frente de su Orquesta de Cámara de Bormujos, y con la expectación de escuchar una obra totalmente olvidada y de la que no se conoce ninguna grabación, como es la Sinfonía Op. 42 de Anton Reicha.
La música tiene estos olvidos bastante a menudo, si bien en algunos casos se han recuperado gracias a intervenciones, que a veces diríamos milagrosas, quizás pensamos en ello al ver a una Inmaculada de Murillo presidiendo el escenario, y no queremos imaginar en que Bach podría estar olvidado, de no ser por la intervención de Mendelssohn, a Mahler que solo llegó al gran público gracias a una película y el empeño de Leonard Bernstein. También pensamos en óperas extraordinarias, y sin salirnos de un compositor tan admirado como Donizetti, el que haya títulos como Alahor en Granada, o María Padilla, que duermen hasta que un principe las despierte, algo en lo que ha trabajado, y sigue haciéndolo, sin desmallo, personas como el maestro Pierangelo Pelucchi, desde el mismo Bérgamo.
Pero nos estamos apartando del Programa de ayer, y hemos de confesar que la sinfonía no desmerece en absoluto de otras que se programan habitualmente de compositores como Haydn o Mozart, por ejemplo, con momento extraordinarios, como ese primer movimiento con las trompas interrumpiendo los acordes iniciales de los violines y otras intervenciones de la flauta y del fagot realmente magníficas, para terminar con la orquesta a Tutti que arrancó los aplausos de un público que acudió en gran número, a pesar como el maestro hizo notar, de estar en la tele, Messi jugándose la posibilidad de la continuidad de Argentina y los comercios en pleno apogeo de ventas con su Viernes Negro, que más bien sería de verde esperanza.
Completó el programa una magnifica obertura de la Isla Deshabitada de Haydn y el Concierto para trompeta de Hummel, con un extraordinario solista como David Segado, habitual colaborador con Orquestas Centro Europeas.
Y al margen del concierto, pensamos en el verdadero privilegio que supone tener como profesor en nuestra "Facultad" a un maestro de la talla de Alberto Álvarez Calero, gracias a la decisión y empeño de nuestro director Jesús Dominguez Plata.
Muchas emociones para un solo Concierto.
Y, por sugerencia de un amigo pianista de Murcia, con quien ayer hablábamos de esta Sinfonía Inédita y nos instó a escuchar una composición para piano de Reicha, proponemos hacerlo con la Fuga núm. 32.
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