Lamentablemente, es una batalla perdida intentar luchar contra las costumbres importadas, especialmente si son de países anglosajones y máxime cuando desde los propios colegios e instituciones de todo tipo, se propician y alientan y por tanto no vamos a insistir sobre esa costumbre tan extraña de celebrar el Día de los Difuntos.
Pero ello no obsta para echar la vista atrás y recurrir a nuestros recuerdos, esos que nos traen reuniones familiares donde alrededor de la mesa camilla con brasero (entonces en estas fechas ya hacía frio), se recordaban los familiares difuntos, al tiempo que se comían castañas, huesos de santo, buñuelos de viento etc. dependiendo de las costumbres de cada lugar de España, con un punto en común, que era estar ante la tele con Don Juan Tenorio quien concitaba el centro de las reuniones, para comentar después si los Don Juan y Doñas Inés eran mejor o peor que las anteriores.
También, hurgando en nuestra memoria, con ya muchos años a nuestras espaldas, es posible que alguien recuerde esas "Mariposas", de papel encerado sobre corcho, con una pequeña mecha que flotaban sobre una capa de agua y aceite, y que si bien era un elemento de iluminación, tienen un componente religioso importante y protagonismo en estos días.
Nosotros, en la medida de lo posible, intentaremos ver una vez más a Don Juan, y lo haremos con quienes quizás hayan quedado en la mente como máximas representaciones de esos papeles, el aguileño Paco Rabal y la vallisoletana Concha Velasco.
Y ¡Como no! escucharemos al menos algún fragmento de Don Giovanni, y proponemos la escena de la lista de amantes
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo con lo que dices de las costumbres importadas de las calabazas y el truco o trato. Mejor sería que ellos aprendiesen las nuestras.
Muchas gracias por este regalo del D. Juan representado por Paco Rabsl y Concha Velasco.
Antonio, muchas gracias a ti por tu fidelidad en el seguimiento de nuestro Blog. Es una pena no tener videos que se puedan ver del que dicen era un magnífico Don Juan. Don Guillermo Marín. La pena es que siguió representándolo cuando físicamente ya no era creible el personaje. Un abrazo
Pascual
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