Fue un visionario, creador de los conceptos de música que regirían el cine durante el siglo XX.
Para él, el uso de pasajes modales o recursos politonales y la tonalidad o la atonalidad eran cuestiones de efecto que estaban definidas por las necesidades dramáticas de la obra.
Por ejemplo, en Tosca, la forma en que reemplaza el texto por pasajes musicales nos anticipa la acción que está por acontecer, al mejor modo de Alfred Hitchcock en sus películas de suspense.
Otro ejemplo es en La bohème, cuando se escucha el tema de Mimí antes de que ella aparezca en escena, cuando Rodolfo les dice a sus amigos que se va a quedar en la buhardilla.
Pero a nosotros, lo que queremos en estos momentos resaltar es el papel que le dió Puccini a sus personajes femeninos, verdaderas heróinas, con aspecto de frágiles y dulces. "Pequeñas mujeres enamoradas" aunque en su vida real, las mujeres que amó se parecen más a las heróinas de sus óperas.
Lo que sí tienen en común con los personajes femeninos de Puccini es su maravillosa complejidad, la enorme gama de matices, en apariencia contradictorios, que reúnen en su personalidad. No son demonios, pero tampoco diosas, sino seres humanos de carne y hueso. Están llenas de imperfecciones y defectos, pero son capaces de actos de increíble heroísmo o de belleza sublime.
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