Desde los tres pianistas que actuaron, Abelsandar Madzar que fué el responsable de abrir con las Variaciones Op.,72 de Turina, Bengt Forsberg y Benedicte Palko en la Fantasía de Schubert para 4 manos, continuando con el violínista Nicolas Dautricourt que ya nos sorprendió en el concierto del pasado lunes, como el clarinetista José Luis Estellés, éste último junto con al gran maestro actual del cello: Gary Hoffman,
todos ellos hicieron unas perfectas lecturas de las partituras puestas a su servicio.
Pero también queremos insistir en otros de los aspectos que quizás nos pasa desapercibido en el Festival Turina, y es la cercanía de los interpretes con el público.
Desde nuestros asientos, casi podíamos escuchar la respiración de Gary Hoffman y acariciar la madera de su cello si ello hubiese sido posible.
Esto es un verdadero lujo que no se nos ofrece cuando acudimos a un concierto "digamos normal".
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