El Centro Cultural Cabeza de Vacas del Parque del Retiro de Madrid se sumó el pasado sábado 18 de Mayo a los homenajes a Alicia de Larrocha, a través de un recital de piano a cargo de Cristina y Carlos Almarcha, con música de Chopin, Albeniz, Granados y Brahms, actuando ambos a cuatro manos o en solitario.
Sin duda, cuando unos intérpretes llegan a actuar en estos conciertos, de tanta repercusión como muestra quienes son sus patrocinadores, hemos de concienciarnos de forma definitiva, que nos encontramos ante dos virtuosos del piano, como llevan apuntando hace años con la sabia orientación de sus profesores y, en especial de sus padres.
La Fundación Piu Mosso nos promete que en breve podrá ofrecer estos conciertos, grabados, a través de Youtube, ya que actualmente solo están en medios que no permiten su publicación en este Blog, pero no podemos esperar a tanto, y queremos reseñar algunos párrafos de una publicación de Ana Benedicto, presidenta de la Fundación.
En una tarde preciosa de primavera, en la que no hacía ni frío ni calor, perfecta para un concierto en ese Centro Cultural Casa de Vacas, en el medio del también precioso y abarrotado Parque del Retiro madrileño. Y, por fin, pude conocer a la familia Aracil y disfrutar de un gran concierto de esos dos jóvenes tan talentosos que nos hicieron pasar una gran tarde de música. Abarrotado absolutamente el auditorio, palcos incluidos y con un programa complicado, muy difícil, que comenzó con Carlos Aracil y la Balada número 1 de Chopin (Carlos tiene 15 años), Balada que tocó francamente muy bien, ya empezamos fuerte, a lo grande, luego salió Cristina que es encantadora y con gran aplomo y técnica, con brillantez, tocó esa pieza que tanto me gusta "El Albaicín" de la Suite Iberia, absolutamente maravillosa y ya a llorar. Lloraba yo, pero también toda la fila dónde yo estaba. Es curioso, no soy nada llorona en la vida cotidiana, pero sí con la música en directo y bien tocada.
Y antes del pequeño descanso, ambos hermanos volvieron con Albéniz y esa maravillosa Sevilla perteneciente a la Suite Española. El público dando bravos y aplaudiendo entusiasmado.
Para entonces, la gente ya sabía que estaba en un gran concierto, con dos pianistas muy buenos y en un ambiente que se iba caldeando por momentos. Y, tengo que decir algo, ambos son tremendamente talentosos, evidentemente hay una diferencia de edad, 3 años en el piano clásico son muchos años, pero Carlos tiene una presencia escénica y una tranquilidad en escena que sorprende y mucho a su edad y toca muy muy bien y, Cristina es ya una gran pianista, cálida y elegante, profesional, maravillosa. Esa comunicación con el público es algo que o se tiene o no se tiene, ella sí, te llega, te envuelve y te zarandea de emoción. En escena es técnica y emoción a partes iguales.
Y mientras nos llegan esas grabaciones prometidas por la Fundación Piu Mosso, proponemos escucharlos en un homenaje a Arthur Rubinstein, que grabaron en el año 2021.
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