Hoy hemos querido centrar nuestra atención sobre la que muchos estudiosos consideran la mejor sinfonía de Beethoven, la Septima.
Richard Wagner, ferviente beethoveniano, calificaría a la Séptima como la ¿apoteosis de la danza? por su implacable ritmo dancístico y notable lirismo, particularmente hondo en su célebre segundo movimiento. Es una obra de gran potencia.La obra fue estrenada en Viena el 8 de diciembre de 1813 durante un concierto de caridad para los soldados heridos en la Batalla de Hanau. El propio Beethoven dirigía la orquesta y Louis Spohr se contaba entre los violinistas. La pieza fue muy bien acogida por la crítica del momento y el allegretto tuvo que ser repetido el día de su estreno.
Y nadie mejor que Bernstein para introducirnos en ese majestuoso segundo movimiento.
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