Cuando estamos a la espera de acudir mañana al Teatro de la Maestranza para ser testigos de esa magna obra del "Padre" Bach, como preludio de la Navidad, y colándose entre los enredos de la Boda de Figaro, nos llegan ya las críticas de su primera interpretación en Valladolid el pasado día 11, antes de ir al Palau de la Música de Barcelona donde lo harán hoy, y mañana en Sevilla, en un verdadero "tour de force" que les llevará a continuación, y sin solución de continuidad a Madrid el día 15, antes de volar a Alemania con tres representaciones, los próximos sábado, domingo y lunes en tres ciudades distintas.
La crítica no ha podido ser más positiva, con párrafos como éste:
La articulación vocal e instrumental estuvo perfecta, regulando cada sílaba del canto en los coros, apoyada y enriquecida por la genial instrumentación y dando fluidez y expresión a los Corales, auténticos remansos de paz hechos a media voz, íntimos; y todo regido y controlado por un Director atento a cada uno de esos detalles, ayudando al Coro (aunque parecía no precisarlo) a colocar cada nota o a cuidar el fraseo o realizar las agilidades sin mácula y absoluta precisión, funcionando el conjunto como otro instrumento polifónico, destacando el empaste de bello color de los sopranos y el metal broncíneo de los altos; por razón de edad (todos oscilan entre los 7 y 19 años) las voces graves brillan menos, pero están siempre presentes en la urdimbre con exactitud y precisión, y ya se encarga el Maestro de controlar los volúmenes para que el conjunto suene compacto, claro y con brillo.
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