La forma latina de su apellido, Stradivarius, se utiliza para referirse a sus instrumentos.
Se considera en general que sus mejores violines fueron construidos entre 1683 y 1715, superando en calidad a los construidos entre 1725 y 1730.
Una hipótesis sobre la calidad de los instrumentos creados por Stradivarius sugiere que el clima puede haber sido un factor importante en el extraordinario sonido que poseen.
El «mínimo de Maunder» fue un período de frío entre 1645 y 1715 que afectó a Europa, mientras se talaba la madera que Stradivarius habría de utilizar.
Hoy en día es posible obtener violines de excelente calidad; sin embargo aún no se ha conseguido reproducir fielmente un violín de Stradivarius.
Hay sólo dos colecciones de Stradivarius para el acceso público: la del Patrimonio Nacional de España (llamada Stradivarius Palatinos), que incluye dos violines, un violonchelo y una viola, exhibidos en las Salas de Música de la Real Biblioteca del Palacio Real de Madrid, y la colección de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, en Washington, compuesta por tres violines, una viola y un violonchelo.
Uno de sus más famosos violines "El Mesías", está valorado en 20 millones de dólares.
Muchos de los violines Stradivarius que son tocados por grandes intérpretes, no son de su propiedad, sino cedidos por la Fundación o Museo que los posee.
En los conciertos suelo utilizar el Lord Dünn-Raven, de 1710, porque creo que tiene una paleta de colores mayor. -Además de este instrumento Mutter tiene en propiedad un Stradivarius Emiliani de 1703-. Los violines tienen su propia personalidad, hablan a través de quien los toca. Éste tiene 301 años, y es muy sensible a los cambios de temperatura. Hace poco, durante un programa de televisión en Nueva York, el aire acondicionado en el estudio estaba tan frío que al violín no le gustó. Los instrumentos como éste son hipersensibles a cualquier tipo de cambio. Es difícil viajar con ellos, pero la relación musical es maravillosa, no puedes vivir sin él. El violín siempre está en perfectas condiciones, es el intérprete quien comete los errores
La violinista Anne Sophie Mutter reconoció una ocasión que era monógama con su Stradivarius, con el que único que mantiene relaciones musicales. Escuchemos como suena en sus prodigiosas manos.
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