Fiel amigo
Alejandro Magno tenía una amistad fraternal con su médico personal Filipo de Acarnania, al que conocía desde niño.En cierta ocasión, en la que el monarca había enfermado y requirió la presencia del galeno, fue advertido de que Filipo se había vendido al enemigo y que, muy probablemente, lo envenenaría.
De todos modos quiso que lo visitase y se bebió lo que le preparó el médico.
Tras esto, Alejandro Magno dijo: «Prefiero morir a desconfiar de mis amigos».
(Fuente: Ya está el listo que todo lo sabe. Alfred López).
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