En la escena del Te Deum es donde los directores de escena hacen el mayor alarde de grandiosidad.
El Te Deum se encuentra al final del acto I en el escenario de la iglesia de Sant’Andrea della Valle de Roma, donde el pintor Cavaradossi está realizando un fresco de la Maddalena.
Allí se celebrará esta ceremonia religiosa en acción de gracias por la derrota de Napoleón, noticia que luego resultará ser falsa, y que cuenta con la presencia del jefe de policía de Roma, el barón Scarpia, que además está tras la pista del fugado Angelotti y de Tosca, la amante de Cavaradossi y objeto de deseo de Scarpia.
En esta ocasión, cantado por el barítono Carlos Álvarez, como Scarpia.
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