G.F. HANDEL (5). ULTIMAS OBRAS
Vamos a cerrar los capítulos dedicados a Handel con un pequeño repaso a sus últimas obras en los que recuperó su admiración inicial por el órgano, utilizado en sus oratorios, y tras su paso no demasiado afortunado por la ópera, y como respuesta, nos dejó seis conciertos para órgano, incluido el Concierto para Arpa que se supone lo era inicialmente para órgano.
De esta última época son también su Himno Fúnebre de la Reina Carolina y Música para los Reales Fuegos Artificiales, suite orquestal encargada para festejar la Paz de Aquisgrán (1748), tras la Guerra de la Sucesión de Austria.
El rey Jorge puso como condición que en la composición deberían incluirse instrumentos de los que en aquel momento se consideraban “guerreros”, es decir, instrumentos de viento y percusión.
La ceremonia del estreno fue accidentada, pues hubo un incendio con la pirotecnia, llegando a arder la tramoya construida. O sea, que de verdad hubo fuegos artificiales, aunque inesperados.
Opinión sobre Händel tras su muerte
«Jamás desde el comienzo de los tiempos conoció la música un Genio tan sublime» (Public Adviser, en la necrología).
«Handel entiende lo que significa el crear un efecto mejor que ninguno. Cuando ataca, lo hace con el poder del rayo» (Mozart).
«Logra la grandeza con los medios más simples. Me quitaría el sombrero y me arrodillaría ante a su tumba» (Beethoven).
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