Para conocer los orígenes de esta fiesta nacional hay que remontarse a 1886, año en el que el movimiento sindicalista de Estados Unidos comenzó a hacerse notar en plena Segunda Revolución Industrial.
En ese momento, los trabajadores estadounidenses tenían que hacer frente a interminables jornadas laborales que rondaban las 16 horas diarias en las fábricas.
Por aquel entonces y, por raro que nos parezca ahora, no existían limitaciones de ningún tipo y las que había tenían relación con que las personas no trabajasen más de 18 horas seguidas si no había un motivo de peso.
Tres años después, en 1889, el Congreso Obrero Socialista declaró el 1 de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores en el que se honraba la lucha que habían emprendido los empleados para conseguir la tan ansiada jornada de ocho horas y, a su vez, recordar a los mártires de Chicago.
¿Y cual es la relación de la Música con un día como éste?
Y si bien se pueden citar muchas canciones como "Canción del Trabajo", nosotros nos vamos a referir a la que lleva ese título, en la voz de Nina Simone y versión jazzística instrumental, con el saxo de Cannonball Adederley y su hermano Nat a la corneta.
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