El crítico Robert Christgau consideraba que era «inigualable y posiblemente la mejor cantante del siglo».
Por otro lado, Frank Sinatra la tomó como «su mayor influencia» e «incuestionablemente la influencia más importante en el canto popular estadounidense de los últimos veinte años».
Su tema «Strange Fruit» fue considerado como la mejor canción del siglo XX, por la revista Time en 1999.
Strange Fruit fue una de las obras de arte que predicó con más fuerza en contra de los linchamientos en los estados del sur de los EE. UU. y uno de los primeros lemas del movimiento por los derechos civiles estadounidenses. La expresión Strange Fruit se estableció como símbolo de los linchamientos.
La canción habla del cuerpo de un afrodescendiente que cuelga de un árbol. La letra obtiene su fuerza emocional de confrontar la imagen bucólica del sur tradicional con la realidad de los linchamientos. La segunda estrofa, dice: Pastoral escena del galante sur/los ojos abultados, la boca torcida/el aroma de las magnolias, dulce y fresco/y de pronto el olor de la carne quemada.
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