La relación y la actitud de Furtwängler hacia Adolf Hitler y el Partido Nazi fue un tema hasta hoy muy controvertido. Cuando los nazis llegaron al poder en 1933, Furtwängler fue muy crítico hacia ellos. Se atrevió a dirigir el prohibido Félix Mendelssohn y en 1934, se le prohibió dirigir el estreno de la ópera Mathis der Maler de Paul Hindemith, y Furtwängler renunció en protesta a su puesto en la Ópera de Berlín (hoy Staatsoper Unter den Linden) en el que estuvo solo un año.
Como parte de su discurso final en su proceso de desnazificación, Furtwängler dijo:
Yo sabía que Alemania se encontraba en una terrible crisis; me sentía responsable por la música alemana, y que era mi misión el sobrevivir a esta crisis, del modo que se pudiera. La preocupación de que mi arte fuera mal usado como propaganda ha de ceder a la gran preocupación de que la música alemana debía ser preservada, que la música debía ser ofrecida al pueblo alemán por sus propios músicos. ........Quizás no lo haya notado, pues la gente lo necesitaba más que nunca, nunca antes anhelaba tanto oír a Beethoven y a su mensaje de libertad y amor humano, que precisamente estos alemanes, que vivieron bajo el terror de Himmler. No me pesa haberme quedado con ellos. Citado de The Furtwängler Record de John Ardoin.
Este vídeo fue grabado en la Fábrica de AEG en Berlín en el año 1942.
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