En el año 1846, El Fénix, Periódico Universal, Literario y Pintoresco, publicó una leyenda, sin autor, según la cual se produjo un encuentro imaginario entre unos jóvenes artistas, Murillo y Cervantes, y el emperador Carlos V, convertido en monje en el monasterio de Yuste, donde compartirían un almuerzo.
Esa leyenda, ha sido recogida y publicada por la Universidad Complutense de Madrid, y si bien todo lo que se narra es totalmente ficticio, nos puede servir para de una manera fantástica conocer personajes, situaciones y lugares. La historia quizás fue tomada como verdadera por algunos en los siglos XVIII y XIX, pero lo cierto es que forma parte de esa memoria que ayudó de una forma u otra a que la historia se fijara en el pueblo de Plasencia. Además, su carácter narrativo y anecdótico es tan atractivo, como aquella que contaba el día que un pez volador pasó sobre Plasencia que nos recuerda siempre a otra leyenda, la del Ícaro placentino, de la que quizás nos ocupemos en otro momento.
Y de haberse producido, todos los comensales de este almuerzo, seguro que estarían esta música, la preferida por el Emperador.
Nota: Hemos conocido la existencia de esta leyenda por una extremeña "de pro" como es nuestra compañera Montaña Simó, a quien agradecemos su aportación.
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