En 1985 debutó en el Covent Garden de Londres, en 1987 en La Scala de Milán y un año más tarde en el Metropolitan Opera de Nueva York.
En ese período de su carrera se destacó en roles en los que había de travestirse, como Hansel, Cherubino y en especial Octaviano de El caballero de la rosa bajo la dirección de Carlos Kleiber.
En los últimos años incursiona en papeles de la literatura wagneriana para mezzosoprano, como Brangania en Tristán e Isolda y Waltraute en El ocaso de los dioses, así como con un ciclo de Wesendonck Lieder.
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