Entre sus obras más conocidas destacan la Pavana, el Réquiem, los nocturnos para piano y las canciones «Après un rêve» y «Clair de lune».
La obra Réquiem, Op. 48 no se compuso a la memoria de alguna persona en particular, sino «por el placer de hacerlo». Se interpretó por primera vez en 1888. Ha sido descrita como «una canción de cuna enfocada en la muerte» debido a su tono predominantemente apacible.
Fauré omitió el Dies irae, aunque en la parte Libera me, del mismo Réquiem, se hace referencia al día del Juicio Final. En su obra, al igual que Verdi, Fauré añadió Libera me al texto litúrgico estándar. El músico revisó Réquiem con el paso de los años, y desde entonces se han interpretado diferentes versiones que van desde las primerizas, utilizadas para fuerzas pequeñas, hasta la última revisión con orquesta completa.
Fauré es un compositor que nos acompaña en determinados momentos de nuestras vidas, y no nos resistimos a ofrecer junto al Libera me, su Pavana para Orquesta y Coros, así como el magistral arreglo para Jazz que hizo Bill Evans.
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