Hemos de suponer que no hay entre nuestros lectores nadie que no haya visto ese sensacional película La Lista de Schindler, y pensar por un momento cuando a un compositor, en este caso, John Williams le encargan poner música a esas imágenes, cual es su sensación.
Suponemos que al principio de sobrecogimiento y eso fue lo que le sucedió a Williams quien al principio se negó, cuando le dijo Spielberg que había mejores compositores para hacer la música. La respuesta de Spielberg fue; «Lo sé, pero están todos muertos».
A partir de ese momento, se trataba de encontrar un equilibrio entre el melodrama y la compasión, destacando la música en los momentos más importantes del film y damos fe de que lo consiguió, al menos para nuestra percepción y el de millones de espectadores.
Williams tuvo bien presente que el tema principal lo la iba a dedicar a su amigo judio, Itzah Perlman, por lo que en la partitura tenía que destacar el violín por encima de cualquier otro instrumento, salvo la colaboración del clarinete.
Sobre este banda sonora, nos remitimos a lo que se indica de ella. en la Enciclopedia del Holocausto y prepararnos a pensar en todo ello cerrando los ojos y abriendo la mente, cuando desde nuestras butacas en el Auditorio y gracias a ProMúsica Águilas, podamos disfrutar o sufrir con esa sensación que seguro nos transmitirá el maestro Jose Francisco Sánchez y el concertino de la Orquesta Sinfónica de Torrevieja, el profesor Stanislav Tkach
Es difícil expresar con palabras la belleza de una de las bandas sonoras más hermosa de la historia del cine. Una obra de arte inmortal. Un tesoro musical que hay que escuchar, disfrutar y emocionarse, sin olvidar la lección moral y profunda que expresa el film; el sufrimiento y la injusticia que ha propiciado la mano del hombre a través de la historia. Y en este caso el genocidio nazi en la segunda guerra mundial sobre seis millones de judíos además de otros muchos.
Para completar esta reseña, falta la música, y hemos querido recurrir a dos grabaciones, comenzando por Itzah Perlman, quien la interpretó en la película, y otra más reciente en la que el propio Williams dirige a una Anne Sohpie Mutter, que casi no puede reprimir sus lágrimas de emoción.
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