Conocida es el compromiso de parte de nuestros compañeros de La Décima con el Voluntariado, así como la disposición de todos nuestros compañeros del Grupo Ágora de Teatro del Aula de la Experiencia de la Universidad de Sevilla para que su arte interpretativo vaya mucho más allá y convertirse en una acción social solidaria.
Intentaremos que penséis en una Cárcel, en este caso la de Morón y un salón de actos repleto con más de 300 personas, compartida por los propios internos, funcionarios y educadores.
Intentaremos que penséis en la emoción al escuchar la poesía de Miguel Hernandez, que como ellos tuvo que vivir la situación carcelaria y entre rejas, escribir palabras de libertad.
Intentaremos que penséis en esos internos y sus emociones hacia sus propios hijos, al escuchar poesías como esa Nana de la Cebolla.
Intentaremos que penséis en 300 internos puestos en pie y junto a los propios actores, cantar al unísono ese verdadero himno como es Andaluces de Jaen, aceituneros altivos.....
Intentaremos que penséis en un interno, cuyo nombre omitimos por lógica confidencialidad, que como guinda final del espectáculo fue invitado por nosotros a subir al escenario y donde leyó un poema propio en el que hablaba del recuerdo a esa MADRE ausente por sus propias faltas y de todos sus compañeros de los distintos módulos.
Seguro que no somos capaces de transmitir toda la emoción que vivimos, pues había que estar allí para poder acercarse a ello.
Cosas como lo que sucedió entre esos fríos muros y rejas, nos hace admirar aún más a nuestros queridos amigos de Teatro del Aula de la Experiencia, que con sus interpretaciones fueron capaces de llevar ese Aire de Libertad a la propia Cárcel.
¡¡SOIS ADMIRABLES Y UN ORGULLO PARA NUESTRA FACULTAD!!.
Estamos publicando una amplia Galería de Fotos.
1 comentario:
Pascual, muchas gracias por tus elogios a nuestro grupo Ágora, por tu reportaje gráfico, tu colaboración para que todo estuviese dispuesto para poder hacer realizar la función. En esta ocasión, como sabes, faltaron dos personas a las que tuvimos que sustituir por otras para no acortar la representación, además de la incorporación de la compañera que tocó la guitarra, cantó y narró el cuento. A pesar de los cambios de última hora hemos quedado satisfechos y gozamos de la presencia de los internos que tan bien nos acogen siempre, así como de los del voluntariado. Sabes que estamos dispuestos a colaborar para que los espectadores se evadan de esa vida diaria y pasen un rato agradable. Gracias de nuevo. Un abrazo
Antonio
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