El trabajo más famoso de Carl Orff, Carmina Burana, se basa en la homónima Carmina Burana, una colección de cantos goliardos de los siglos XII y XIII reunidos en el manuscrito encontrado en Benediktbeuern en el siglo XIX.
Escritos por monjes y juglares, este trabajo ejemplifica la búsqueda de Orff por un idioma que pueda revelar el elemental poder de la música, permitiendo al oyente experimentar la música como una fuerza primitiva y abrumadora.
La poesía de los Goliardos, que no solamente cantaba al amor y al vino, sino que también se burlaba de la clerecía, encajaba perfectamente en el deseo de Orff de crear una obra musical que apelara a la «musicalidad fundamental» que, como él creía, todo ser humano poseía.
Absteniéndose de una desarrollada melodía y una compleja armonía y articulando sus ideas musicales a través de sonidos básicos y patrones rítmicos fácilmente discernibles, Orff creó un idioma que muchos hallaron irresistible.
A pesar del notable sentimiento «primitivo» de Carmina Burana, Orff creía que la profunda llamada de la música no era meramente física.
ProMúsica Águilas, y para poder ofrecer esta famosa composición en su presente temporada de Conciertos ha recurrido a la Orquesta Sinfónica Atlantica, procedente de Madrid, a la Coral Discontus de Murcia y a tres grandes voces solistas, entre las que hemos de señalar a la soprano aguileña María Teresa Cañas, en una apuesta por parte de los organizadores de que por fin pueda ser "profeta en su tierra", a quien lleva años triunfando en toda la geografía española
¿Quien podrá mantenerse impasible cuando en un Auditorio con el aforo completo, como es habitual, el escenario con casi 150 músicos y cantantes y una Orquesta y Coros a Tutti, comiencen las siguientes notas de la primera de las Cárminas. Oh Fortuna.
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