La Santa Iglesia da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama «Príncipe de los espíritus celestiales», «jefe o cabeza de la milicia celestial».
Hoy es día de felicitar a nuestro compañero Miguel Simón y todos los lectores que llevan este nombre, así como a las Micaelas.
Y lo hacemos con esos sonidos del silencio que se pueden escuchar en una noche en pleno desierto.
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