Dentro de la música, se especializó en el género de bolero. También se le conoció con los apodos de «El músico poeta» y «El flaco de oro».
La primera canción que registró a su nombre fue La prisionera, la cual compuso en 1926. En septiembre de 1930 inició su carrera de éxitos rotundos en la radio, mediante el programa llamado La hora íntima de Agustín Lara.
En España su figura era muy conocida a comienzos de la década de 1940, incluso recibió diversos honores y condecoraciones en todo el mundo, como la que recibiría de manos del dictador español Francisco Franco, quien en 1965 le obsequió una casa en Granada (España), gracias a las canciones dedicadas a diversas ciudades como Toledo, Granada, Sevilla, Valencia, Madrid, Murcia entre otras.
Lo sorprendente es que Agustín Lara no conocía España cuando compuso estas canciones. Con el tiempo, en el año 1997 la canción «Granada» terminó convirtiéndose en el himno oficial de esta ciudad, por acuerdo unánime de su Ayuntamiento, en versión adaptada por el profesor Luis Megías Castilla.
Todo esto nos hace pensar en que existen vínculos históricos que una fugaz presidenta, cuyo nombre ni sabemos ni nos importa, podrá borrar y que desaparecerá pero aquellos permanecerán.
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