Antes de cumplir los treinta había consolidado una excepcional reputación y su obra se publicaba en el extranjero. Fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Málaga, tras la muerte de Cristóbal de Morales, quien había dejado vacante el puesto, opositó contra cinco rivales entre ellos Juan Navarro Hispalensis de Marchena, maestro de Tomás Luis de Victoria.
Aunque Guerrero nunca llegó a residir en Málaga, antes de ser empleado por el coro de la catedral de Sevilla, donde fue nombrado maestro de los niños, con la promesa por parte del Cabildo de la catedral de la sucesión del maestro Castilleja cuando este falleciera. La titularidad definitiva la obtendría en 1574.
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