Cuando cumplió 9 años, su padre murió de una pulmonía y siendo aún muy pequeño (14-16 años), se sacrificó enormemente para sacar adelante a su familia, trabajando de capillero, lector de coro, animador en fiestas de los pueblos, músico en cafés, pianista en la sala de cine El Miradero, compraventa de objetos etc. Compaginaba sus múltiples y variados empleos con el estudio y práctica del violín y el piano.
Su familia encuentra por fin la estabilidad económica gracias a los ingresos cada vez mayores de Guerrero, sin dejar de ser tan trabajadores y humildes.
En 1923 se estrena Los gavilanes, donde Guerrero consiguió que la SGAE pagara el 10% de la taquilla al autor (hasta la fecha no era así). Un año más tarde, estrena varios sainetes y zarzuelas, como La sombra del Pilar, con libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw, pero la más importante, donde se refleja el espíritu de Guerrero en su estado más puro, se estrenó en 1927: El huésped del sevillano, cuyo número “El canto a la espada”, que se hizo famoso mundialmente.
Ofrecemos este Canto a la Espada, junto a la película completa que se hizo del Huésped del Sevillano.
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