Pensaba en su patria y en agasajar al Zar Alejandro II y la alegría de las campanas de las catedrales de Kiev lanzadas al vuelo de la bella Ucrania.
Ahora la situación es muy distinta en un país gobernado por un tirano al que poco hay que agasajar y la Gran Puerta de Kiev se ha convertido en la Gran Puerta de Europa y de la Libertad.
Ahora no es momento de la alegría de esas campanas, SINO DE LLANTO, pero la Música tiene que redimirnos de tanta sinrazón y crueldad y tanto Mussorgsky como Ravel merecen que las campanas de Kiev sigan sonando y lo hace desde esta grabación de MUSICOS Y VOCES PARA LA PAZ.
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