Foto aportada por Carmen Barroso |
Es un pueblo con muchas cuestas y escalinatas, pero merece la pena subirlas para ver la perpectiva desde el Castillo.
Tambien, aprovechando que es un terreno de arcillas blandas, una persona comenzó a excavar una casa en la montaña y ahora son muchas habitaciones, con pasillos y escaleras que unen distintos pisos, incluso con un bar. Se conoce como La Cueva del Diablo.
A pesar de que fuera haga calor, solamente ponerse en la puerta de dicha cueva, que es una de las atracciones turísticas del pueblo, sale una gran corriente de aire frio.
Un beso para todos. CARMEN.
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