Nacido en una familia luterana, pasó gran parte de su vida profesional en Viena.
Se mantuvo fiel toda su vida al clasicismo romántico y conservador, influido por Wolfgang Amadeus Mozart, Joseph Haydn y, particularmente, por Ludwig van Beethoven y Robert Schumann.
Si bien toda su obra es muy amplia y de una gran trascendencia para la historia de la Música, nosotros en esta ocasión, y aunque seamos totalmente injustos, queremos centrarnos en sus Sinfonías.
Solamente escribió cuatro, pero no hacen falta más para considerarlas el punto culminante del sinfonismo del siglo XIX, en una síntesis magistral del clasicismo influenciado por su idolatrado Beethoven y la sensibilidad romántica.
Y, si bien no podemos dejar de sugerir algo tan especial como el tercer movimiento de su tercera sinfonía, sería absolutamente injusto no escuchar algún otro movimiento como ese cuarto movimiento de la cuarta.
Con Brahms se rompió el concepto de sinfonismo de una época, si bien preparando el camino para las que vinieron en el Siglo XX, con Mahler entre otros.
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