UN AUTÉNTICO LABORATORIO DE INVESTIGACIÓN MUSICAL

De auténtico investigador, y casi alquimista de las partituras,  podemos catalogar a nuestro profesor Alberto Álvarez Calero, en su faceta de director de Orquesta, y más concretamente de la Orquesta de Cámara de Bormujos.

Asistir a sus conciertos nos adentra en un mundo de descubrimientos musicales ya que al no estar sujeto a intereses comerciales clásicos, puede programar obras inéditas o prácticamente desconocidas.

Este hecho se repetirá el próximo día 17 de Febrero en el magnífico Auditorio de CEU San Pablo, con música totalmente española,  de comienzos del siglo XIX como son:

J.C. Arriaga: Obertura Los Esclavos Felices.

F.Sor. Obertura del Ballet Alfonso y Leonor.

M. García, Sinfonía nº 3.

Como tendremos tiempo de ir desgranando algunas peculiaridades de este extraordinario concierto, comencemos por la primera de las partituras programadas.

Juan Crisóstomo de Arriaga nacido en Bilbao en el año 1806 y fallecido a la edad de 19 años. 

Fue apodado el “Mozart español” debido a las grandes dotes musicales que presentaba ya desde niño, al igual que Wolfgang Amadeus Mozart, así como a su prematura muerte a los diecinueve años de edad.

Arriaga dedicó sus esfuerzos a la composición de una ópera sobre un libreto de Luciano Francisco Comella titulada Los esclavos felices; una ópera semi-seria en dos actos y cinco cuadros, de la cual solo nos han llegado, de los más de treinta números del libreto, la Obertura, la Marcha Mora, la Cavatina de Elvira y el Dúo de Alfonso y Elvira.

Debido a la prematura e inesperada muerte del autor, su obra permaneció desconocida hasta el año 1869, en que una reimpresión de la segunda edición de la Biographie universelle des musiciens et bibliographie genérale de la musique de Fétis, la cual incluía las muy buenas valoraciones a Arriaga, iría a parar a manos de Emiliano de Arriaga y Ribero , sobrino-nieto del autor y nieto de Ramón Prudencio, hermano de Juan Crisóstomo. Este, interesado por la Obra de su “tío Juanito”, de quien se había perdido la memoria en la familia, se esforzó en intentar recuperar su música y revivirla tanto en círculos de amigos y familiares como en su Bilbao natal.