Fue uno de los compositores más innovadores de la historia de la música.
Sus obras son un reto extremadamente complejo, en su propuesta y probablemente en su escucha. Primero hay que resolverlas técnicamente (la Sonata n.º 4 termina con un prestissimo volando de dificultad legendaria); segundo, estilísticamente porque las primeras recuerdan a Chopin y las últimas son modernísimas para su tiempo.
Finalmente hay que sumergirse en sus ocultos contenidos que van de la confidencia romántica de las sonatas juveniles al esoterismo misterioso: la n.° 9 se llama Misa Negra o Sonata De La Obscuridad, la n.° 7 Misa Blanca o Sonata De La Luz, la n.° 5 trae un epígrafe del poema del Éxtasis y la n.° 6 según el mismo Skriabin ¨Tiene facetas demoníacas, y fue inspirada por el demonio¨.
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