Se le ha considerado uno de los compositores más relevantes y avanzados de su época, con un estilo innovador que anunció el inminente Barroco. Su influencia llega hasta el siglo XX, cuando fue tomado como modelo por los compositores del Cecilianismo.
Sus inicios en la catedral de Ávila A la edad de 7-8 años entró en el coro de la catedral de Ávila, donde sintió vocación por el sacerdocio y a finales de 1558 entra al servicio de la Catedral.
A la edad de 19 años, decide partir a Roma entrando en el Colegio germánico para consolidar su vocación sacerdotal y profundizar sus conocimientos musicales, esta vez, gracias al conocido compositor Palestrina.
Una vez allí, coincide con varios paisanos españoles, los cuales le explicaron el funcionamiento del Colegio. Para entonces, Victoria ya tenía buenos conocimientos de Gramática y de Música y sabía tocar bastante bien el órgano. Pero en el Colegio comenzó a estudiar las disciplinas eclesiásticas y a ampliar y perfeccionar más sus conocimientos musicales. Esto último se refleja bien en una Dedicatoria que escribió al Rey Felipe II, Católico Rey de las Españas:
Desde el día en que llegué de España a la ciudad de Roma, a más de otros nobilísimos esfuerzos y desvelos consagré al estudio de la Música. Y ya desde el principio me propuse no tan solo contentarme con su conocimiento para detenerme en proporcionar un deleite a los oídos y al espíritu, si no, mirando más allá, ser útil, en lo posible, al presente y al porvenir. Y habiéndome ejercitado en gran manera en este estudio de la Música, hacia la que me siento arrastrado como por un secreto instinto e impulso, a fin de que los frutos de mi ingenio tuviesen mayor difusión, acometí la empresa de poner en música la parte principalmente, que se celebra con más frecuencia en el culto de la Iglesia Católica.
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