¡Oh, Jesús dulce, oh, Jesús piadoso, oh, Jesús, hijo de María!
Nunca este himno reliigoso pudo encontrar una mejor musicalización que en la composición de Mozart, que aquí podemos escuchar dirigido por Ricardo Mutti. La música comienza en el minuto 3, pero merece la pena intentar entender las previas palabras del maestro.
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