Afortunadamente, los melómanos sevillanos ya conocimos de su gran calidad y auguramos un brillante futuro en las Navidades del año 2006, cuando de forma sorpresiva nos encontramos en el Teatro de la Maestranza con un Festival entre Culturas que no formaba parte de previa programación y que nos trajo, hasta donde la memoria nos llega, a la Orquesta New Philarmonia de Londres y a la Joven Orquesta de Venezuela Simón Bolivar, junto a directores como Claudio Abbado y por primera vez en España a un joven director de 25 años, de nombre Gustavo Dudamel, absolutamente desconocido para los aficionados.
La citada orquesta fue dirigido por ambos directores, entre Navidad y Reyes, y si bien no conseguimos recordar el programa, sí que aquella orquesta se nos quedó grabada para siempre, de forma que comenzamos a interesarnos por su apasionante historia.
De aquel concierto, el dirigido por Dudamel pues de Abbaado huelga comentario, recordamos su impresionante final con los músicos cambiando su traje de gala por la bandera venezolana e interpretando su himno oficioso: Alma Llanera.
A los pocos meses, Dudamel, al frente de la misma Orquesta repitió en los Proms con el mismo éxito y su imagen se agigantó en todo el mundo.
En el 2007 fue invitado para dirigir a la Orquesta Sinfónica de Viena, en el 2008 con la Sinfónica de San Francisco.
En 2008 la compañía discográfica Deutsche Gramophon apostó seriamente por él.
En 2009 se convierte en el director musical de la Filarmónica de Los Ángeles y a partir de entonces entra en un torbellino de reconocimientos a nivel mundial.
Tiene la nacionalidad española y está casado con la actriz española María Valverde.
Por tanto, y por muchas razones, cuando los aficionados sevillanos que estábamos en el Maestranza en aquella Navidad del 2006, sentimos sus éxitos como algo propio.
Dado que no tenemos las imágenes de aquel concierto, ofrecemos la repetición del final que ofreció a los pocos meses en los PROMS, y nuestros lectores, que no estuvieron allí, pueden hacerse una idea de lo que se organizó en nuestro Teatro. Y ALLÍ ESTUVIMOS PARA DAR FE.
No cabe duda eran otros tiempos, que por fuerza añoramos.
No cabe duda eran otros tiempos, que por fuerza añoramos.
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