Esa ausencia, no ha supuesto en ningún caso que cayera en el olvido para sus compañeros, que ayer asistimos en un gran número a la misa ofrecida por su familia, para el eterno descanso de su alma inmortal.
Son momentos que nos hacen mirar hacía atrás y que motiva que la visión de antiguas fotos nos produzcan sentimientos de dolor, que solo pueden ser paliados con el recuerdo de felices momentos vividos a lo largo de los años.
Relatamos una anécdota, que quizás sea conocida por todos pero que quizás nos provoque una sonrisa, si además somos capaces de imaginarla a ella, contándola personalmente.
Con su personal gracejo nos contaba y escenificaba en una ocasión como al presentarse para trabajar en la fábrica de tabacos, había que dar una altura mínima que ella no alcanzaba. Por tanto, para disimular, le cardaron el pelo y le colocaron un moño en todo lo alto, que le hacía subir varios centimetros.
Querida Elo, que la paz del señor te acoja y acompañe.
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