Para esta ocasión, la Universidad y la ROSS eligieron un programa integral de Mozart, que siempre viene a aportar un aire fresco dentro de la música clásica. Tanto es así, que el concertino director, el albanés Paçalin Zef Pavaci se contagió del ambiente festivo de la noche y junto a una gran interpretación del Concierto para Violín nº 3, transmitió con sus gestos y movimientos frescura juvenil a una obra intimista y de una total madurez creativa del compositor.
Antes de ello, el Divertimento K 136 nos situó de pleno en lo que iba a ser el Concierto, una pura diversión musical, con aires de danza, pero con forma de sinfonía a la usanza en esos momentos.
En la segunda parte tuvimos ocasión de escuchar la Sinfonía nº 29, una de las mas conocidas de su creación sinfónica temprana.
Todo un éxito por el que felicitamos al CICUS, tanto en la decisión de dedicar el concierto a Mozart como en la elección de las obras interpretadas, mezcla de divertimento e intimismo.
Diego Marín, entre Beli y Pascual. En ese momento muchas compañeras se habían marchado por la hora tan tardía en terminar el concierto y el horario tan inconcebible del transporte urbano. |
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