Así lo llevamos haciendo desde el principio y es una de las causas de que podamos actuar con plena y total libertad.
Como en otras ocasiones, queremos aplicarlo en algo que quede en nuestros recuerdos como una prolongación del viaje, sin precipitaciones y cuando encontremos aquello que estimemos más adecuado según nuestro criterio.
A la vuelta de las vacaciones seguiremos pensando en ello.
Las cosas buenas hay que hacerlas sin precipitación. No hay prisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario