El Stabat Mater de Rossini tiene muchas historias tras de sí, comenzando por su marcado caracter de ópera, pese a su temática religiosa, con el profundo dolor de la letanía.
Esta obra fue escrita cuando ya Rossini estaba "jubilado" de la música, y durante una representación en Madrid de El Barbero de Sevilla, ante el rey Fernando VII, por encargo del archidiacono, Manuel Fernandez Varela.
A Rossini, autor de tantas óperas bufas, le parecio algo muy serio, pero accedio ante la presión de comunes amigos. La única condición que impuso el compositor fue que la obra no podía ser vendida ni publicada y recibió a cambio de su composición una tabaquera de oro encastrada de diamantes que le donó el propio Varela.
Rossini no encontraba suficiente inspiración para determinadas secciones, por lo que pidió a su amigo el compositor y director musical del Théâtre Italien de París, Giovanni Tadolini que completase la obra.A pesar de la decepción que ello supuso para el archidiácono Varela, la obra fue finalmente estrenada en la iglesia del Convento de San Felipe del Real de Madrid el Viernes Santo de 1833.
A la muerte de Varela en 1837, y contrariamente a lo convenido inicialmente, el manuscrito fue vendido a un privado y posteriormente a un editor musical de París, lo que arrancó la furia de Rossini ante la embarazosa situación que podría haberle causado que se conociese que parte de la obra no la había compuesto él mismo.
El compositor consiguió recuperar el manuscrito y compuso las partes que había dejado en manos de Tadolini, dotando a la obra de un gran sentido de unidad, añadiendo como final la sección décima: "Amen, in sempiterna saecula".
Finalmente la obra completa fue estrenada por primera vez en París el 7 de enero de 1842 en la Sala Ventadour con gran éxito. La siguiente interpretación se realizó en Bolonia dirigida por Gaetano Donizetti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario