Nuestro compañero Pascual tuvo un gran amigo, mayor que él y con mucha sabiduría no solo por los años, que falleció hace ya 14 años. Su nombre: Jerónimo, apasionado de la Música cuyo amor ya le vino de su padre y tenor en sus años jóvenes, extremadamente religioso y devoto.
Pocos días antes de morir, cuando el desenlace era ya evidente, un día le comentó: Amigo Pascual, no hay por que preocuparse. Confío estar en el Paraiso y allí me imagino a Dios al final de una jornada, cansado por el trabajo que le da la humanidad, bajo un frondoso árbol en el que también se encuentra Bach y dirigiéndose a él, le dice: Juanito, haz el favor de tocar algo. Algo que también espero compartir junto con Él.
Cuando se habla de composición
hay muchos autores que merecen un programa:
Mozart, Beethoven, Chopin, Debussy
todos ellos son irrepetibles
pero hay uno que es inigualable
porque su legado musical es colosal.
Es barroco, fastuoso, espiritual, indescriptible,
es la música de Dios: Johann Sebastian Bach.
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