Al igual que otros hospicios venecianos, la Pietà se estableció como hotel para los cruzados.
Cuando las Cruzadas terminaron se transformó poco a poco en una institución de caridad para los huérfanos y las niñas abandonadas.
Los bebés podían ser dejados en la Piedad a través de la scaffetta, una ventana única lo suficientemente grande como para admitir niños.
No todos los niños eran del sexo femenino, ni eran necesariamente huérfanos.
El compositor Antonio Vivaldi fue profesor de violín y canto de 1703 a 1715 y de 1723 a 1740.
La Pietà dio a luz a diversas virtuosas y varias compositoras, entre las que se encuentran Anna Bon, Vicenta da Ponte o Michielina, Santa y Agata della Pietà.
La vida del exitoso figlie fue muy codiciada, existieron admiradores que hacían regalos lujosos y ofrecían periodos vacaciones en villas de toda la península itálica.
La mayoría de las alumnas se quedaron en el hospicio todas sus vidas, pero, conforme la economía veneciana cayó, muchas se fueron en busca de un matrimonio.
Con este fin, la institución las proveía con una pequeña dote.
Cada hospicio tenía una orquesta de entre 30 y 40 instrumentistas, todas femeninas, aunque la de la Pietà llegó a contar con 60. Competían entre sí por proclamar la mejor instrumentista de la ciudad, promocionando conciertos de gran calidad.
Vivaldi compuso para estas orquestas de mujeres de La Pietá diversas composiciones como este Gloria, grabado en la propia ubicación de La Pietá.
viernes, 8 de marzo de 2019
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