Fue un concierto pleno de emociones.
Nada más entrar en el Auditorio pudimos verificar el mimo con el que se había adornado el escenario, propio de un recital de música sacra, con velas y flores para la ocasión.El presidente de ProMusica Aguilas, Juan Carlos Sánchez, tras dirigirse y agradecer la presencia de la alcaldesa Mary Carmen Moreno entre el público, ofreció la interpretación del Requiem a dos grandes aficionados y socios, recientemente fallecidos, así como a las victimas del atentado del 11 de Marzo, en su duodécimo aniversario.
Asimismo, la soprano aguileña Teresa Cañas mostró su emoción por actuar ante sus paisanos dedicando su interpretación a la memoria de su padre.
Con todas estas circunstancias, solo faltaba la propia interpretación de la obra que todos esperábamos y tanto la orquesta, como coros y solistas rayaron a un extraordinario nivel, dejándonos lo que sin duda será uno de los mejores y especialmente emotivo concierto de la temporada.
Por si faltaba algo, el director de la Orquesta Sinfónica de Elche, el maestro Leonardo Martinez, tras hacer referencia a la gran afluencia de público, en contraste con otros lugares donde suelen actuar, se despidió de la temporada aguileña, al ofrecer el tercero y último de los conciertos previstos, en la seguridad de que orquesta y publico nos volveremos a reencontrar en la próxima temporada, y en ese "Hasta pronto" nos regaló algo que por si solo ya merecía la pena la asistencia al concierto, la famosa Pavana del propio Fauré, que puso un nudo en las gargantas de los asistentes, facilmente apreciable incluso cuando a la salida, nos encontramos de frente con esa maravilla que es la Bahía de Levante aguileña.
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