En marzo de 1935, la carrera de Karajan tuvo un significativo impulso cuando se inscribió como miembro del Partido Nazi. Sin embargo, Adolf Hitler recibió con desdén al afamado director después de que este se equivocase en un momento en Die Meistersinger von Nürnberg en un concierto de gala que Hitler ofreció para los reyes de Yugoslavia en junio de 1939. Al dirigir sin la partitura, Karajan se perdió, las cantantes se detuvieron, la cortina se rasgó en medio de la confusión. Furioso, Hitler ordenó a Winifred Wagner: «Herr von Karajan jamás dirigirá en Bayreuth mientras yo viva», y así fue. Después de la guerra, Karajan hizo lo posible para no recordar aquel vergonzoso y no tan glorioso incidente, que sin embargo salvó su carrera en la posguerra.
El arte de dirigir consiste en saber cuándo dejar la batuta para no molestar a la orquesta.
Queremos recordarlo como un ferviente católico, dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Viena desde el Vaticano con la Misa de la Coronación de Mozart, en una misa celebrada por Juan Pablo II el 29 de Junio de 1985. Os recomendamos que no os la perdáis.
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