Cuando ya se vislumbraba un futuro incierto para nuestras Atarazanas al quedar abandonado el proyecto de Caixaforum para su instalación en otro lugar, se abre un resquicio de esperanza con otro proyecto cultural, confiando que en esta ocasión se pongan de acuerdo todos los organismos que deben colaborar para llevarlo adelante. Parece algo facil cuando existe lo principal, que es la financiación ofrecida por la Caixa y gestionada por la Fundación Cajasol, pero en Sevilla estamos acostumbrados a situaciones complejas y extrañas. Ojalá no suceda así en esta ocasión, por el bien de todos los sevillanos.
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