Es lógico que en la programación anual de toda orquesta sinfónica se incluyan obras de autores poco interpretados, intercalándolas con otras conocidas por el gran público.
La cuestión está en determinar y saber cuales son los motivos por lo que se interpretan poco.
No dudamos de las cualidades musicales del Concierto para violín y Orquesta nº 3 de Schnittke, pero si pensamos que el mismo compositor para explicar su música la describía como de estilo "polystylisticism", hemos de pensar que nos íbamos a enfrentar a una música fuera de los cánones convencionales y, desde luego, de los gustos musicales de los auditorios, incluido el que ayer nos reunió en el de Ingenieros, y en el que La Décima estuvo muy mayoritariamente presente.
La orquesta sinfónica de nuestra Universidad, va a ofrecer en este curso solamente dos conciertos, aunque en el programa oficial se hable de cuatro, al incluir otras actividades.
Por tanto, y a falta de informaciones al respecto, desconocemos cual es el motivo, si lo hubiere, de seleccionar música difícil de apreciar para solo tres horas de actuación a lo largo de todo un curso, cuando hay tanta música bella a la que recurrir y que daría plena satisfacción a todo el auditorio.
Sin duda, magnífica la actuación del violinista José Manuel Martinez, aunque nos hubiese gustado escucharlo en música que nos permitiese apreciar sus indudables cualidades.
La segunda parte la ocupó una correcta interpretación , aunque discretamente emotiva en su construcción y muy especialmente en el Rondó, de la serenata nº 2 de Brahms.
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